La geografía electoral
de 2012
Alberto Díaz Cayeros, Beatriz Magaloni, Jorge Olarte y Edgar
Franco, La geografía electoral de 2012,
México, México Evalúa-Center for U.S.-Mexican Studies-CDDRL Standford, octubre
de 2012.
México Evalúa, el Programa de Pobreza y Gobernanza de la
Universidad de Standford, y el Centro de Estudios México-Estados Unidos de la
Universidad de California en San Diego han dado a conocer un estudio llamado “La
geografía electoral de 2012” (PDF) en el que se hace un estudio de cómo votaron
los mexicanos dependiente de su ubicación geográfica, índice de ingreso y
situación laboral, en la pasada elección.
Los
resultados del análisis deben tomarse con cautela. Como bien dicen los
investigadores, se puede generalizar el comportamiento de los votantes con la
localidad y sus características, pero un análisis absolutamente confiable es imposible
debido a que no hay información personalizada [individual].
Algunos de
los resultados son:
- Ser pobre no es sinónimo de votar por la izquierda. Entre la población de escasos recursos el voto fue para Peña Nieto y Josefina, antes que para Andrés Manuel.
- Las personas más pobres del país prefirieron dar su voto al PAN (se presume que motivados por los resultados positivos de los programas sociales de Fox y Calderón).
- Las localidades donde el voto de los pobres por el PAN se vio casi nulificado fue donde gobierna el PRI en la municipalidad.
- La participación electoral tuvo una correlación negativa con el nivel de violencia; es decir, lugares más violentos votaron menos.
- En lugares donde han ocurrido más muertes por violencia el voto lo capturó López Obrador.
- En estados con gobierno estatal del PAN o PRD y que, además, presentan altos niveles de violencia, el voto se inclinó a Vázquez Mota.
- El nivel de penetración de la televisión en las localidades muestra una correlación con la ventaja obtenida por Peña Nieto.
- La presencia de internet afectó negativamente a Peña Nieto.
(Para el resumen completo del estudio ver VivirMéxico.com)
El capítulo sobre Violencia y Voto señala lo
siguiente:
“El sexenio de
Felipe Calderón se caracterizó por el escalamiento de la violencia como producto
de la guerra contra el narcotráfico y las confrontaciones sangrientas entre las
diferentes organizaciones criminales. Durante los últimos años, las noticias de
la televisión y los periódicos se han visto inundadas de imágenes
escalofriantes. Para muchos habitantes del país, especialmente en estados como
Chihuahua, Sinaloa, Baja California, Michoacán, Durango, Guerrero, y más
recientemente Jalisco, Tamaulipas, Nuevo León y Veracruz, la guerra es una
amenaza inminente y cotidiana que deja huellas irreparables.
Por lo anterior, puede esperarse que
la violencia afecte en una forma ciertamente heterogénea el comportamiento
electoral. Los resultados de los comicios a nivel estatal sugieren que el PAN
fue rechazado en el norte del país, salvo en dos estados: Tamaulipas y Nuevo León,
que actualmente experimentan altos niveles de violencia y donde hay operativos conjuntos.
En ambos, Acción Nacional ganó el voto de la mayoría en las elecciones
presidenciales. Veracruz es otra entidad donde este partido fue refrendado, y
también ahí se experimente en la actualidad una escalada de violencia y
enfrentamientos cotidianos entre organizaciones criminales. Sin embargo, los
datos agregados a nivel estatal son muy burdos y pueden ciertamente enmascarar
patrones importantes en el comportamiento electoral.
Nuestro análisis de las más de 66
mil secciones electorales nos permiten ofrecer un retrato más fino de la forma
como la violencia afectó el voto en las elecciones presidenciales de 2012. Para
tal efecto, utilizamos la base de datos de fallecimientos por presunta
rivalidad delincuencial del gobierno federal. El análisis suma el número de
homicidios ocurridos de diciembre de 2006 a diciembre de 2010 de forma que no
incorpora el efecto de las tendencias más recientes en la dinámica de la violencia.
Como puede verse en el mapa, existen muchos focos rojos en la epidemia de
violencia, aunque la mayoría de los homicidios se concentran en el norte del
país, así como en Guerrero y Michoacán.
Por otro lado, cabe resaltar que
muchos de los estados con más fallecimientos relacionados con el narcotráfico
están gobernados actualmente por el PRI, tales como Chihuahua, Coahuila, Nuevo
León, Tamaulipas, Durango, Zacatecas, San Luis Potosí, Veracruz y Michoacán, de
forma que es importante observar si en estos lugares los electores castigan al
PRI, al PAN o a ambos partidos por dicho escenario.
Nuestro análisis genera resultados
que apuntan a una relación compleja entre el voto y la violencia. En el
análisis con la totalidad de las secciones, sin segmentar por norte vs. sur,
existe un efecto negativo y estadísticamente significativo del número total de
muertos respecto de la opción entre EPN y AMLO, aunque no en la opción
AMLO.JVM. En otras palabras: el PRI fue el partido más castigado por la
violencia y no el PAN, mientras que el beneficio del voto de castigo por la
violencia lo recibió el PRD.
La relación entre violencia y voto,
tal y como la predice nuestro modelo econométrico, se ilustra en la tabla siguiente.
Aquí se observa que mientras la diferencia entre EPN y AMLO en una sección
ubicada en un lugar con cero homicidios relacionados con el crimen organizado
es de 59 votos, esta distancia se reduce mientras aumentan los niveles de
violencia. Por ejemplo, en lugares con niveles altos de violencia como Tijuana
o Guadalajara la distancia sería de 41 votos. En sitios con mucha mayor violencia
como Culiacán o Torreón esta distancia se reduce aún más, a 30 votos por
sección. Así, los electores castigan fundamentalmente a EPN por la violencia en
beneficio de AMLO.
En el caso de la decisión de voto
entre EPN y JVM vemos que primero existe un ligero efecto positivo para EPN en
lugares con niveles promedio de violencia, en comparación con lugares sin
violencia. Posteriormente, mientras la violencia aumenta la distancia entre EPN
y JVM disminuye, lo que significa que entre más violencia, existen mayores
probabilidades de refrendar al PAN.
Finalmente vemos como la distancia
entre AMLO y JVM es, en promedio de 35 votos por sección electoral sin
violencia. Esta distancia aumenta con mayores niveles de violencia beneficiando
a AMLO. Podemos así concluir que el PRD fue el partido que se favoreció por el
voto de castigo por la violencia, y que éste perjudica tanto al PAN como al
PRI.
Si restringimos el análisis a los
estados del norte, es interesante observar que la violencia parece restarle
votos a EPN a favor de AMLLO y, en menor medida, a favor de JVM. Aunque las
secciones en estos estados favorecen a Vázquez Mota por sobre López Obrador, su
distancia se reduce mientras aumenta la violencia.
Cabe resaltar que al segmentar aún
más las observaciones por estados que sólo son gobernados por el PAN o por el
PRD, obtenemos que la violencia afecta a Peña Nieto y esta vez favorece a
Vázquez Mota.
Esta análisis de regresión describe
patrones sistemáticos que nos permiten identificar tendencias, pero no lo que
se conoce como causalidad. Si bien podemos decir que en los lugares más violentos
se tiende a votar en contra del PRI, no podemos saber si la violencia es la
causa por la que esto sucede. Podría ser que existan otros factores no
incluidos en el modelo que, al tiempo que estén correlacionados con la
violencia, también impacten el voto.
A reserva de realizar un análisis
más sofisticado sobre causalidad, podemos concluir que en los lugares más
violentos los ciudadanos parecen optar con mayor frecuencia por AMLO, no
obstante que en los datos agregados se vea poca presencia de su partido en la
zona norte del país. Asimismo, podemos concluir que en lo lugares más violentos del norte de México se tiende
a castigar al PRI, posiblemente porque este partido controla un gran número
de gobiernos locales de esos estados, lo que sugiere que los electores
adjudican mayor responsabilidad a las autoridades locales por la violencia que
lo que parecería a simple vista.
La interpretación correcta de los
resultados electorales en relación a la violencia es esencial, pues de ello
depende cómo EPN y su equipo interpretarán su mandato. El mensaje para Enrique
Peña Nieto es que los ciudadanos más afectados por la violencia parecen
adjudicar responsabilidad a los gobernadores de su partido por los gravísimos
problemas relacionados con la violencia y el crimen organizado.
Las cuentas pendientes se tendrán
que empezar a resarcir en casa, con reformas
profundas de las instituciones y prácticas de procuración de justicia a nivel
estatal que permitan terminar con la
impunidad, castigar la corrupción y ofrecer seguridad. Dado que el gobierno
federal no tiene competencia legal sobre asuntos de impartición de justicia en
los estados, esta reforma no será posible sin un compromiso político entre el
futuro presidente y los gobernadores de su partido". (México Evalúa, art. cit., pp. 21-23).
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